Un punto y gracias

El Real Madrid saca un punto de su visita al José Zorrilla. El Real Valladolid jugó mejor y mereció la victoria. Sisi, Sesma y Borja sensacionales. Iturralde González se tragó unas manos de Míchel Salgado dentro del área.

Difícil partido tenían los blancos en el estadio de un recién ascendido. Los hombres de Mendilíbar ya habían puesto contra las cuerdas a Espanyol, Depor y Valencia. Ayer fue el turno de los de Schuster, que se han olvidado de jugar al fútbol. Los dos primeros partidos, donde vencieron convenciendo, fueron un espejismo que se fue con el parón de las selecciones. El Valladolid dominó la primera parte de cabo a rabo, aunque las pocas intentonas blancas tenían mucho peligro. Raúl dispuso de una ocasión clara que salvó muy bien Butelle, pero apto seguido era Casillas quien tenía que desviar un balón a córner cuando ya se colaba en la portería. En los primeros 45 minutos, los blancos lograron seis llegadas al área por 29 de los pucelanos, un córner por siete de los locales e hicieron más faltas. Los números (y el juego) se parecían demasiado a los de Capello.

La clave para que el líder y actual campeón no fuera capaz de hilvanar juego era la falta de un socio para Guti. El técnico blanco decidió dar descanso a Sneijder, que se pasó todo el partido en el banquillo. Para eso le puedes dejar en Madrid y convocar a Baptista, por ejemplo. A parte de la falta de asociación de ’14, el Valladolid imprimió un ritmo trepidante al partido que unieron a una presión asfixiante. Por eso, la posesión de balón no subía del 35/40% para los blancos. Otro factor importante fueron las bandas blanquivioletas con Sisi y Sesma. El primero se las tuvo con Marcelo y el segundo desquició a Salgado. Me sorprende que un jugador tan veterano se vea acobardado por un jovenzuelo descarado. Míchel fue un juguete roto en manos del ex jugador del Cádiz e hizo con él lo que quiso. Il due lo intentaba parar a base de patadas, pero ni con esas. Por suerte para él, el partido acabó y él no fue expulsado, de milagro. El ‘2 blanco, además, protagonizó la jugada polémica del encuentro. Sesma centró un balón desde la izquierda y el balón impacto en las manos de Míchel dentro del área. Se podría pensar que fue involuntaria, pero siendo Salgado el protagonista fue penalti (porque esa jugada la ensaya y nunca se la pitan).

La segunda mitad empezó con empate en el marcador y siguiendo la tónica de la primera. Aunque el cansancio local y el espoleo visitante equilibraban el encuentro por momentos. Equilibrio que rompió Pedro López. El lateral vallisoletano lanzó un obús que se coló por la escuadra sin que Casillas pudiera hacer nada. Tan espectacular fue el gol que Borja, un pulmón en el centro del campo, se echaba las manos a la cabeza.

Por detrás en el marcador, Schuster sacó un conejo de la chistera, y nunca mejor dicho. Decidió cambiar a un desquiciado Salgado para dar entrada a Saviola, jugando así con una defensa de tres (Ramos, Cannavaro, Marcelo). El experimento resultó porque a falta de tres minutos el pibito aprovechó un pase de Van Nistelrooy para empatar el encuentro. Magistral pase de Guti, que entre cuatro defensas encontró al holandés y este deja el balón franco para el argentino.

De ahí al final miedo por ambos lados. Los pucelanos porque enfrente estaba el Madrid y los blancos porque la defensa de tres era frágil ante las acometidas locales. El marcador no se movió y los dos equipos se repartieron los puntos. El Valladolid mereció más, pero si perdonas a un grande lo acabas pagando.