Una victoria, por fin

El Real Madrid ganó por 1-0 al Valencia y corta una racha negativa de tres derrotas consecutivas. Los che llevaron el peso del partido pero los blancos mordían con contras letales de Robben. El jugador holandés fue la estrella y dio la asistencia del tanto de Higuaín. El árbitro contribuyó a la dureza de los visitantes, aunque expulsó a Marchena por doble amarilla.

Se presentaba una de esas noches que puede pasar de todo, la gloria o la catástrofe. El Madrid venía de perder tres partidos consecutivos en el campeonato nacional y otro resbalón le hubiera puesto en una situación muy complicada. El rival, un Valencia con toda su artillería, Villa y Mata al frente, no invitaba a la tranquilidad. Pero a los dos minutos un jugadón de Robben acabó con los nervios. Higuaín marcó con la zurda, la menos buena, y Juande respiró tranquilo.

Tras el tanto, el Madrid se echó arriba con un Valencia aún aturdido. El juego blanco se centraba en las galopadas de Robben, que ridiculizó a Del Horno, que además pudo ser expulsado por una entrada criminal por detrás al extremo holandés. Tras esos minutos, los jugadores de Unai Emery cogieron las riendas del partido y la posesión del balón. Aún así, en la primera mitad únicamente lograron un par de ocasiones de Villa. Joaquín, estuvo muy bien y superó en todo momento a Marcelo, pero no acabaron de explotar ese recurso.

La segunda mitad empezó como la primera. Un Madrid agazapado que mordía en cada contra y un Valencia dominador. La expulsión de Marchena, que pudo ser mucho antes, dejó tocado al equipo de la ciudad del Turia. Un minuto después, Albiol pudo ver la roja directa por un codazo a Palanca, que tuvo que recibir varios puntos de sutura. La amarilla fue insuficiente castigo. Más aún, cuando otro codazo del central valencianista acabó con la nariz de Metzelder. El alemán tendrá que pasar por el quirófano en los próximos días.

Van der Vaart jugó en su sitio, de media punta, pero sólo se le recuerda un tiro al poste. Tuvo que dejar su puesto al canterano Palanca debido a una lesión muscular. Higuaín pudo matar el partido en dos ocasiones; en la primera mandó la asistencia de Robben al larguero; y la segunda, la estrelló en Renan. Ya en el descuento, Guti tuvo la sentencia, pero la envió al limbo. En el otro área, Casillas volvió a ser salvador. Primero detuvo un cabezazo de Baraja y después varios intento de Villa.

La victoria por la mínima, que pudo ser cualquier cosa, sirve para que los blancos se vayan de vacaciones con un mejor sabor de boca. Aunque todavía hay mucho que hacer. Esperemos que 2009 traiga muchos éxitos a los Raúl, Casillas y compañía.