El Real Madrid perdió por 0-1 ante el Getafe y siente el aliento del Barcelona en el cogote. Uche marcó gracias a una jugada de pillo de los azulones. El Madrid cierra un mes negro con cuatro derrotas en cinco partidos.
Se presentaba el Getafe al Santiago Bernabéu en situación angustiosa ya que la zona baja está muy apretada. Por su parte, el Madrid necesitaba ganar para mantener una ventaja cómoda al frente de la clasificación. Pues los azulones sumergen a los blancos en una pequeña crisis de resultados ya que en febrero sólo han podido ganar un partido. Además, está es la tercera derrota consecutiva y la primera en casa desde hace un año.
El partido en su primera parte ha sido tórrido y lento. Los blancos controlaron el tempo del encuentro creando algunas ocasiones de gol. El Getafe no transmitía ninguna sensación de peligro. Vamos, un pestiño de primer tiempo que aburrió a la parroquia blanca.
La segunda parte fue algo más entretenida. Los pupilos de Laudrup se animaron a atacar y tuvieron algunas ocasiones, aunque no demasiadas. Todo presagiaba un empate sin goles porque ninguno de los dos daba más argumentos que el otro. Pero fue entonces cuando llegó la jugada tonta ya no del partido, sino de la Liga. Un balón chutado por Miguel Torres y rechazado por Abbondanzieri cayó en los pies de Raúl que asistió a Robben. El holandés se fue al córner a celebrar el tanto con la gran mayoría de sus compañeros. Nadie se percató que el linier tenía la bandera levantada ya que Raúl estaba en fuera de juego cuando chutó Miguel Torres. Bueno, nadie no, porque los jugadores del Getafe sí. Belenguer sacó rápido el fuera de juego y Casquero empezó a correr. Del Madrid sólo estaban Guti y Heinze para intentar frenar ese ataque pero la jugada fue perfecta y Uche la metió dentro.

Después de eso nada. Los blancos acumularon hombres en ataque pero sin ningún plan. Y para colmo Guti salió lesionado y es duda para el próximo encuentro ante el Recreativo de Huelva. Son tres derrotas seguidas, cuatro de cinco en el mes de febrero. Las dudas se instalan en un vestuario que ve como su máximo rival y más próximo perseguidor ha recortado seis puntos en dos semanas.

