Ayer, a media tarde leí una noticia: "Capello ha dimitido, contra el Bayern será el último partido que dirija. El miércoles coge el equipo Michel". El corazón me dio un vuelco, se va el ogro que coarta el arte de los futbolistas blancos. Poco duró ese pensamiento, sobre las 19,15 horas se publicaba el desmentido y se desvanecían mis ilusiones. El madrid no tiene mal equipo (no para hacerlo tan rematadamente mal como lo hace) y con un cambio de rumbo, con sabia nueva podría atacar a los líderes de la Liga, que no son tan poderosos como antaño.Todo se quedó en un rumor y en una esperanza rota. Pero quizá si todo se tuerce llegue alguien para cambiar el rumbo.
Lo único que está claro es que el 30 de junio el italiano se fuga vuelta a Italia y al banquillo madridista aterrizará Bernd Schuster. Esperemos que él tenga mejor suerte y mayor lógica.
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